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Autor para correspondencia MVZ. Cristina Yadira Gómez Sánchez.
Todos los que hemos tenido un perro y que nos gusta vivir en compañía de nuestras mascotas, sabemos que son parte de la familia y que, aunque muchas veces quisiéramos detener el paso del tiempo sobre nuestros mejores amigos, inevitablemente llegará el momento en que su pelaje comience a cubrirse de canas, empiecen a moverse más lento y algunas de sus necesidades y cuidados comiencen a cambiar. En esta etapa geriátrica uno de nuestros mejores aliados para incrementar su calidad y esperanza de vida será la nutrición, actualmente hay infinidad de dietas formuladas para esta etapa de la vida, pero ¿Es realmente necesario modificar su alimentación? La respuesta es sí, ya que experimentarán distintos cambios fisiológicos y serán más susceptibles a ciertas afecciones.
Una vez que llegan a esta etapa comienzan a suceder cambios celulares, bioquímicos y fisiológicos que son responsables de los signos visibles de envejecimiento y no son reversibles, su digestión tiende a hacerse más lenta, pueden llegar a presentar estreñimiento o diarreas intermitentes, dificultad para comer si su dentadura se ha deteriorado, tener una disminución en sus sentidos incluido el gusto y no podemos olvidar la posibilidad de que desarrollen procesos de artritis u otros problemas articulares, entre otros.
Es un tanto difícil definir una edad exacta de cuando comienza la vejez en los perros debido a la gran variedad de razas, tamaños y estilos de vida que presentan, pero si es importante resaltar que entre más grande es un perro en cuestión de talla, mas temprano comienzan a observarse este tipo de signos de envejecimiento, por lo general en razas pequeñas observamos el envejecimiento alrededor de los 10 años de edad mientras que en perros de talla grande, en promedio a los 7 u 8 años ya podemos notarlo.
Las investigaciones desarrolladas por la autoridad líder mundial en cuidado y nutrición canina (Waltham) en la alimentación del perro geriátrico han demostrado que las necesidades de energía de los perros de edad avanzada son menores que en los individuos más jóvenes. Los estudios indican que, como media, los perros geriátricos necesitan un 20% menos de calorías para su mantenimiento, esto es atribuible al descenso de actividad y cambio de composición corporal.
Normalmente los perros en su etapa de vejez tienden a disminuir su tejido muscular y aumentar el tejido adiposo (grasa), en la mayoría de los casos siendo muy notorio debajo de las costillas, al ser las demandas metabólicas de tejido graso menores a las del tejido muscular, disminuyen también las necesidades energéticas, por lo cuál necesitaremos un alimento con grasa limitada. Con esto no queremos decir que los perros viejos tienden a la obesidad como tal, pero sí que es necesario controlar su alimentación para no favorecerla o propiciarla.
En cuanto a los requerimientos de proteína en perros de edad avanzada no hay estudios específicos que sugieran que necesitan más o menos cantidad de proteína que los perros jóvenes, pero sabemos que se debe mantener un nivel adecuado de dicho nutriente para favorecer la conservación de la masa muscular, un tema muy importante al respecto es que deben ser proteínas de alta calidad y de fácil digestión puesto que como ya mencionamos el proceso de digestión se vuelve mucho más lento.
Es crucial monitorear el consumo de agua de las mascotas en etapa geriátrica debido a que es normal o esperado que comiencen a disminuir la ingesta de esta, en caso de que disminuya de manera considerable, podrá contemplarse la posibilidad de una dieta húmeda para de esta manera poder cumplir con los requerimientos de ingesta de líquidos, es muy importante no subestimar este requerimiento para evitar posteriormente padecimientos que pudieran desprenderse de un bajo consumo de líquidos.
Adicional a los puntos ya mencionados debemos tener en cuenta siempre las posibles enfermedades concomitantes que una mascota de edad avanzada puede llegar a tener y las dietas específicas que tendríamos que adaptar a cada situación, es decir, considerar estudios de laboratorio mínimo una vez al año con la finalidad de detectar de manera temprana cualquier padecimiento metabólico que nos pudiera exigir un cambio en la nutrición de nuestras mascotas.
Casi todas las dietas formuladas específicamente para mascotas geriátricas van a cumplir con los requerimientos nutricionales de esta etapa, pero muchas veces necesitaremos o será conveniente adicionar ciertos nutrientes como puede ser el caso de vitaminas antioxidantes, ácidos grasos omega 3 y 6, glucosamina y condroitina entre otros, esto siempre deberá ser indicado por un médico veterinario que tenga conocimiento sobre el historial clínico de la mascota.
Es indispensable adaptar la dieta y nutrición de las mascotas en la última etapa de su vida, para poder hacer esto siempre se debe acudir a los expertos para recibir la orientación adecuada, tener en cuenta que menos calorías no significa menos nutrientes, que no basta con una disminución de la porción de alimento y que los ingredientes deberán ser altamente digestibles. La comida para perros mayores debe ser de alta calidad, de fácil digestión, rica en nutrientes, baja en calorías, con grasa limitada y con humedad. De esta manera ayudarás a que tu perro se mantenga en forma y sano a medida que envejece, es una manera más de regresarle tanto amor que el te ha dado a lo largo de su vida.
Referencias:
1. Luna R, J. A.; Cruz L, J.; Noyola R, P. Ácidos grasos esenciales y su uso terapéutico en perros. Vanguardia Veterinaria; 2016, Año 14 (74): 22-25.
2. Grandjean D,; Butterwick R,. Libro de bolsillo WALTHAM sobre nutrición esencial en perros y gatos. 2021. Pp 5-7.